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Esta sección presenta temas de interés en la prevención de patologías prevalentes destinados a publico general.

Se encuentra a cargo del Dr. Gastón Chiganer

Dr. Gastón Chiganer
gchiga@hotmail.com

 

 

 

 

 

Rubéola durante el embarazo



Dr. Antonio Montero M.D, Ph.D.
Doctor de la Universidad de Buenos Aires
Investigador Científico – Conicet

La rubéola de que afecta a la mujer embarazada causa diferentes cuadros según el momento en que ocurre la infección:
La rubéola postnatal –Que ocurre tras el parto- es en general una infección inocua, pero la rubéola congénita o gestacional –que ocurre durante el embarazo- conlleva graves secuelas. En general, el momento del embarazo en el cual ocurre la infección es el principal determinante de la severidad de las consecuencias que tendrá la enfermedad sobre el niño, siendo tanto más grave la rubéola del embarazo cuanto menos avanzado está el embarazo.


Rubéola congénita o gestacional:

Cuando la rubéola afecta a una mujer embarazada provoca una infección que se trasmite al feto a través de la placenta. Las consecuencias sobre la salud del feto dependen del momento de la infección: la enfermedad es más severa cuanto más pequeño sea el feto.
La infección congénita se produce siempre en embarazadas que no han padecido la rubéola con anterioridad y que no han recibido vacunación contra la rubéola.
La rubéola que afecta a una embarazada durante los dos primeros meses de embarazo tiene consecuencias devastadoras sobre el feto, estimándose que la posibilidad de que el feto sufra lesiones oscila entre 40 y 60%, pudiendo ocurrir una amplia gama de lesiones, desde múltiples defectos congénitos hasta la muerte fetal con aborto espontáneo.
La acción del virus ocasiona numerosas malformaciones congénitas como malformaciones cardíacas, (persistencia del ductus arterioso, comunicación interventricular o estenosis pulmonar), lesiones oculares (opacificaciones de la córnea y cataratas), y otras malformaciones como microcefalia, retraso mental, meningocele, sordera, retraso del crecimiento, entre las más severas.
Ocasionalmente, algunos niños infectados en forma intrauterina por el virus de la rubéola, y que son considerados normales al nacer comienzan síntomas de retraso intelectual y motor al alcanzar la edad escolar.
Si la rubéola gestacional ocurre durante el tercer mes de embarazo, las posibilidades de desarrollar un defecto único como sordera o cardiopatía oscilan entre 30 y 35%. Este riesgo desciende al 10% si la infección tiene lugar durante el cuarto mes de embarazo. Las rubéolas gestacionales que ocurren a partir de la 20ª semana muy rara vez producen daño fetal, el cual consiste habitualmente en sordera.
Por estos motivos resulta de extrema importancia evitar que las mujeres embarazadas contraigan la rubéola.


DIAGNÓSTICO

La rubéola es una enfermedad leve y presenta síntomas inespecíficos, lo que torna dificultoso su diagnóstico.
Cuando afecta a los niños debe hacerse diagnóstico diferencial con otras infecciones de la infancia, como sarampión leve, escarlatina, mononucleosis infecciosa, toxoplasmosis, chagas agudo, roséola, eritema infeccioso y enterovirosis.
Los estudios habituales de laboratorio no son útiles para el diagnóstico, pues sólo revelan linfocitosis atípica y leucopenia.
El diagnóstico de laboratorio se realiza por medios serológicos, que incluyen ELISA, aglutinación del látex y hemólisis radial, pruebas que permiten detectar anticuerpos específicos del tipo IgG e IgM
La presencia de concentraciones significativas de IgG en sangre indica inmunidad contra la rubéola pero no permite diagnosticar enfermedad en curso.
El diagnóstico de rubéola se confirma hallando concentraciones significativas de IgM específica en sangre, o una elevación del 400% de los valores en un intervalo de una a dos semanas,
El diagnóstico de rubéola congénita en el período postnatal requiere de la detección simultánea de anticuerpos en la madre y en el niño: Es necesario realizar varias pruebas seriadas al niño para establecer si los títulos están aumentando (infección aguda), o descendiendo (anticuerpos maternos transmitidos en forma pasiva)
La presencia de IgM en el suero de un recién nacido es diagnóstica de que ha ocurrido transmisión transplacentaria de rubéola.
El diagnóstico de rubéola congénita es más complejo, y puede realizarse desde la 12ª semana mediante biopsia placentaria que permita demostrar la presencia in situ de antígenos de rubéola. Ello puede hacerse tanto mediante el empleo de pruebas inmunológicas basadas en anticuerpos específicos como mediante la detección directa del ARN viral.
La detección de IgM específica en sangre fetal puede también ser diagnóstica, pero debe tenerse presente que la IgM puede estar ausente en fetos hasta la semana 22 de gestación.


CONSEJOS PRÁCTICOS

Para prevenir las consecuencias de la rubéola durante el embarazo se recomienda:

· Detectar la presencia de anticuerpos totales o de IgG, de forma cualitativa, a toda mujer embarazada.
· Las mujeres embarazadas seronegativas deben evitar en lo posible la convivencia estrecha con niños no vacunados o que sufran una enfermedad exantemática aguda. Cuando la mujer tenga por su profesión, contacto diario con niños, deberá considerarse la baja laboral o la asignación de funciones que no impliquen el contacto con niños durante el embarazo como medida de protección en función del riesgo.
· Las mujeres seronegativas deben ser vacunadas después del parto y deben evitar quedarse embarazadas en los 3 meses siguientes.
· No se recomienda la detección rutinaria de IgM en embarazadas, salvo que la situación clínica o epidemiológica lo aconseje.
· se desaconseja que las mujeres que son seronegativas en la primera consulta realicen nuevas determinaciones de anticuerpos anti-rubéola durante el embarazo en ausencia de situaciones clínicas o epidemiológicas que así lo justifiquen.


VACUNACIÓN ANTIRUBÉOLICA Y EMBARAZO:

La vacunación contra la rubéola se desaconseja durante el embarazo y el puerperio precoz debido a que se considera que puede resultar perjudicial para el feto o al neonato. De hecho, algunos autores sugieren que la vacuna anti-rubéola con virus atenuados puede producir malformaciones fetales si se administra durante las 6 primeras semanas de embarazo, y diversos estudios han establecido que el riesgo máximo teórico de daño fetal alcanza el 2%, aunque no se ha comunicado ningún caso de rubéola congénita debida a la acción de la vacuna, ello a pesar de que es posible aislar el virus de la rubéola tanto del tejido placentario residual como del tejido fetal en abortos de mujeres vacunadas durante el embarazo.
Por estas razones se recomienda evitar el embarazo durante los primeros 3 meses tras la vacunación a todas las mujeres que reciban la vacuna contra la rubéola.
Otros motivos que hacen desaconsejable la vacunación contra la rubéola durante el embarazo son la potencial inhibición de la respuesta del niño a la inmunización activa o las infecciones naturales y la posible responsabilidad jurídica de los laboratorios farmacéuticos y de los propios médicos.

La aparición de lesiones en la piel en el contexto de un cuadro febril constituye una urgencia médica y obliga a consultar urgentemente con su médico.

Consulte siempre a su médico antes de embarazarse o al inicio del embarazo para disminuir al máximo el riesgo de sufrir enfermedades que ocasionan serias consecuencias para el feto, como rubéola o toxoplasmosis.

Dr. Antonio Montero M.D, Ph.D.
Doctor de la Universidad de Buenos Aires
Investigador Científico – Conicet.

 

 

 

 

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