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Esta sección presenta temas de interés en la prevención de patologías prevalentes destinados a publico general.

Se encuentra a cargo del Dr. Gastón Chiganer

Dr. Gastón Chiganer
gchiga@hotmail.com

 

 

 

 

 

Fibromialgia

¿Qué es fibromialgia?
Fibromialgia es un trastorno que causa dolor en los músculos, articulaciones, ligamentos y tendones. El dolor ocurre en áreas llamadas "puntos hipersensibles". Los puntos hipersensibles comunes son la parte delantera de las rodillas, los codos, las articulaciones de las caderas y alrededor del cuello.

La fibromialgia afecta hasta un 5% de la población incluyendo a los niños. Este trastorno puede ser hereditario, lo cual significa que afecta a varias personas en una misma familia, por lo tanto, usted puede tener miembros de familia con síntomas similares. Hay más mujeres que hombres que tienen fibromialgia.

¿Cuál es la causa de la enfermedad?
Se desconoce la causa de la enfermedad y se cree que hay múltiples factores que pueden estar implicados, entre los que se pueden destacar: el trauma emocional o físico, cambios hormonales, infecciones bacterianas o virales, etc. Se cree que la fibromialgia se debe a una alteración en el equilibrio de las sustancias químicas involucradas en la transmisión y la percepción del dolor a nivel del sistema nervioso.

¿Cuales son los síntomas?

Dolor
El dolor muscular general constituye el síntoma más destacado de la fibromialgia. Por lo general ocurre por todo el cuerpo, aunque podría comenzar en una región, como el cuello y los hombros, y propagarse a otras áreas al cabo del tiempo.

El dolor producido por la fibromialgia ha sido descrito de diversas formas, tales como: ardiente, mordisqueante, pulsante o como rigidez y sensibilidad. A menudo varía según la hora del día, el nivel de actividad, el clima, los patrones de sueño y el estrés. La mayoría de las personas con fibromialgia dice que siempre siente algo de dolor. Estas personas sienten el dolor principalmente en los músculos. Para algunas personas, el dolor puede ser bastante severo.

Aunque el resultado del examen físico general casi siempre es normal y las personas tienen un aspecto saludable, un examen cuidadoso de los músculos de las personas con fibromialgia, revela zonas sensibles al tacto en lugares específicos, llamados puntos hipersensibles. Los puntos hipersensibles son áreas del cuerpo que resultan dolorosas cuando se ejerce presión sobre ellas. La presencia y el patrón de estos característicos puntos hipersensibles diferencian la fibromialgia de otras afecciones. No todos los médicos saben cómo detectar estos puntos, pero la mayoría de los reumatólogos puede llevar a cabo una evaluación de puntos hipersensibles.

La gente a menudo desconoce la ubicación exacta o incluso la presencia de muchos de estos puntos hipersensibles, hasta que un médico lleva a cabo una evaluación de puntos hipersensibles.

Fatiga y alteraciones en el sueño
Alrededor del 90 por ciento de las personas con fibromialgia experimenta fatiga moderada o severa, menor resistencia al esfuerzo, o el agotamiento típico que conllevan la gripe o la falta de sueño. A veces la fatiga es más problemática que el dolor.

La mayoría de las personas con fibromialgia experimenta trastornos del sueño. Aunque puedan conciliar el sueño sin grandes dificultades, tienen un sueño muy ligero y se despiertan con frecuencia durante la noche. A menudo, estas personas se levantan sintiéndose cansadas, incluso después de haber dormido durante toda la noche. La fatiga resultante puede ir desde la apatía y la disminución de resistencia hasta el agotamiento. El nivel de fatiga experimentado puede variar de un día para otro.

Las investigaciones han demostrado que la perturbación del sueño profundo altera muchas funciones críticas del cuerpo, como la producción de hormonas necesarias para reparar el tejido muscular, así como los niveles de sustancias que controlan la percepción del dolor por parte de la persona. Está claro que los problemas del sueño pueden agravar los síntomas de la fibromialgia, por lo cual poner atención a mejorar el sueño es parte integral del manejo de esta condición.

Síntomas del sistema nervioso
Cuando se padece de fibromialgia, los cambios de humor son comunes. Muchos individuos se sienten tristes o decaídos, aunque aquéllos que padecen de depresión clínica representan sólo un 25 % del total. Las personas con fibromialgia también pueden sentirse ansiosas. Hay investigadores que creen que es posible que exista una conexión entre la fibromialgia y algunos tipos de depresión y ansiedad crónica. Sin embargo, cualquier persona que padezca de una enfermedad crónica (no únicamente fibromialgia) puede sentirse deprimida en ocasiones, al luchar contra el dolor y la fatiga que experimenta.

Las personas que padecen de fibromialgia pueden reportar dificultades al concentrarse o al realizar tareas mentales sencillas. No hay evidencia que demuestre que estos problemas se agraven con el tiempo; simplemente suelen aparecer y desaparecer. Se han observado problemas parecidos en muchas personas que experimentan cambios de humor, alteraciones del sueño u otras enfermedades crónicas.

Otros problemas
Los dolores de cabeza, sobre todo los musculares (de tensión) y las migrañas, son síntomas comunes de la fibromialgia. Los dolores abdominales, la distensión y la oscilación entre estreñimiento y diarrea (llamada síndrome de intestino irritable o “colon inestable”) también son comunes. Los espasmos y la irritabilidad de la vejiga podrían causar urgencia o frecuencia urinaria.

Algunos estudios sobre la fibromialgia sugieren que se pueden asociar otros problemas con esta dolencia, tales como calambres, mareos y dolor en la articulación temporomaxilar, que une la mandíbula inferior al cráneo en ambos lados del rostro.

En algunas personas, la piel puede cambiar de color temporalmente, debido a la sensibilidad circulatoria a la temperatura y la humedad. Pueden sentir cosquilleo o entumecimiento en las manos, brazos, pies, piernas o rostro.

¿Como se realiza el diagnóstico?

Para un diagnóstico de fibromialgia, usted debe haber tenido por lo menos tres meses de dolor generalizado, además de dolor y sensibilidad en por lo menos 11 de 18 áreas, entre ellas:
Brazos (codos)
Nalgas
Tórax
Rodillas
Región lumbar
Cuello
Caja torácica
Hombros
Muslos

Los exámenes de orina y sangre generalmente son normales; sin embargo, se pueden hacer exámenes para descartar otras afecciones que puedan provocar síntomas similares.

¿Cómo se trata?
En el momento actual no hay un tratamiento curativo para la fibromialgia, pero sí muchas medidas que alivian los síntomas y mejoran la calidad de vida.
El calor alivia el dolor: por ello son recomendables los baños y duchas calientes, la aplicación de duchas de agua caliente en las zonas dolorosas, la aplicación de calor local mediante lámparas de calor, almohadas o mantas eléctricas y compresas calientes. Los masajes e hidromasajes suaves mejoran los cuadros dolorosos.
Mantener unos buenos patrones de sueño, con horarios estables: tiene un efecto muy positivo, realizar paseos o ejercicio ligero por las tardes, tomar infusiones calientes antes de acostarse, cenas ligeras. Evitar por las tarde y noches bebidas excitantes (café, bebidas alcohólicas) o comidas copiosas o muy especiadas. Deben evitarse situaciones estresantes. Hacer ejercicios de respiración y de relajación. Si bien hay momentos en los que los cuadros dolorosos dificultan el mantener la actividad social habitual, es muy importante mantenerla en la medida de lo posible, evitando el aislamiento social y el reposo excesivo que pueden aumentar la depresión.
Hacer ejercicio físico y mantener un tono muscular adecuado: de todas las medidas recomendadas en el tratamiento de la fibromialgia, son sin duda las más eficaces a largo plazo. Se aconseja realizar ejercicio físico aeróbico poco intenso, como la natación, ejercicios en el agua o bicicleta estática a velocidad e intensidad controladas. Al comenzar a realizar ejercicio puede producirse un poco de dolor muscular. Si el dolor es intenso es indicativo de que se ha realizado un esfuerzo físico excesivo y deberá disminuir la frecuencia o intensidad. Progresivamente aparecerá el efecto beneficioso del ejercicio físico y mejorará el estado general, disminuyendo el dolor y aumentando la resistencia al ejercicio y al esfuerzo físico. Puede iniciarse con ejercicio poco intenso durante 3-5 minutos, a días alternos e ir aumentando un minuto cada día. Si aparece dolor, reduzca la intensidad y el tiempo hasta niveles no doloroso y vuelva a aumentarlos progresivamente. El tiempo de ejercicio a alcanzar es de 60 minutos 3-4 veces a la semana. Una vez alcanzado, realice ejercicios aeróbicos de mayor intensidad, como caminar, correr o jugar al tenis. Se recomienda mantenerse tan activo como sea posible, evitando la sobreactividad o exceso de ejercicio puntual que pueden provocar un exceso de cansancio o dolor durante varios días.
En algunas personas la terapia de apoyo psicológico tiene buenos resultados: es muy importante conocer la enfermedad y los síntomas de cada caso, aprender a identificarlos y controlarlos, manteniendo una actitud positiva. Puede ponerse en contacto con asociaciones de pacientes de fibromialgia que pueden ayudarle y orientarle. Es también importante que las personas que conviven con el paciente conozcan la enfermedad y colaboren, facilitando el mantenimiento del ritmo de vida, de la actividad social, la realización de ejercicio físico o el control de la dieta alimenticia.
Tratamiento farmacológico: existen diversos medicamentos que pueden ayudar a mejorar algunos síntomas. Siempre deben de seguirse las indicaciones del médico y evitar la automedicación. Los efectos beneficiosos son evidentes al cabo de unos meses de tratamiento. Entre estos medicamentos se encuentran algunos antiinflamatorios, relajantes musculares, antidepresivos y ansiolíticos.
Otras medidas: evitar las sobrecargas musculares, al transportar o mover cargas pesadas, el sobrepeso y el esfuerzo físico intenso. Mantenga el peso adecuado con una dieta alimenticia equilibrada, rica en vitaminas y minerales, con bajo contenido en especias y alimentos o bebidas excitantes (café, alcohol) y bien distribuida en las cuatro comidas del día, especialmente cuidando las cenas ligeras. Reducir el estrés, mantener un ritmo de vida estable y facilitar el sueño.

 

 

 

 

 

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